Hoy en el Blog queremos hacernos eco de un inquietante y terrorífico enigma entre las celebrities: ¿Están siendo abducidas por extraterrestres y sustituidas por falsos robots? ¿Los personajes del museo de cera se rebelan y cobran vida? ¿QUIÉN ERES TÚ Y QUE HAS HECHO CON..? Algunas veces con más acierto que otros claro…
Si quieres disimular algún defectillo, no es necesario vender tu alma al Diablo por un buen resultado. Te presentamos la solución: EL CONTOURING. O lo que es lo mismo, la técnica de moldear y esculpir tus facciones a golpe de brocha.
Lo puedes conseguir con un par de bases de maquillaje (una más clara que tu tono de piel y otra más oscura) pero si buscas un resultado profesional, las herramientas necesarias serían:
· Un producto iluminador.
· Unos polvos de contorneado: los distinguirás porque son de un tono grisáceo, no tan anaranjados como los de sol, y suelen ser en acabado mate.
· Una brocha biselada de cerdas artificiales o una esponjita que tenga un extremo afilado.
· Unos polvos de sol y su correspondiente brocha.
Tanto si buscas realzar los pómulos, como si quieres conseguir una nariz más afilada o una mandíbula más definida, el contorneado puede ayudarte con pasos muy sencillos.
1. Definir el óvalo facial
Con ayuda de un pincel biselado y de los polvos de contorneado, céntrate en las siguientes zonas:
· Bajo el pómulo, para marcar la estructura ósea.
· Debajo de la línea de la mandíbula, para suavizar la cara y la barbilla.
· En la parte superior de la frente, para definir el óvalo facial.
· Por los laterales de la nariz, para afinar y definir.
· Bajo la punta de la nariz, para definir y acortar.
· En la línea de la cuenca del ojo y en su cara interna, donde el puente de la nariz se encuentra con el hueso de la ceja, para marcar y crear dimensión.
2. Dar brillo en el rostro
Con una brocha gruesa, ligeramente impregnada de polvos bronceadores, aplica en las zonas de la cara donde suele dar el sol para crear un efecto bronceado natural. Estas zonas serían:
Alrededor de la línea del cabello -a un centímetro por encima de la sien- para añadir profundidad y calidez al rostro.
Dar un toque ligero en los pómulos para conseguir un brillo perfecto.
3. Aportar luminosidad
Unos toques de iluminador líquido de pincel bien difuminado, extendido con suaves toques con la yema de los dedos:
· Bajo los ojos, desde la esquina interior del ojo hacia el exterior.
· También en el arco superciliar (bajo la curvatura de la ceja), para iluminar la mirada.
· Sobre el puente de la nariz, para afinar y definir.
· En las aletas de la nariz, para desdibujar los bordes.
· En el punto alto de los pómulos, para crear volumen.
· En las áreas faciales más oscuras: entre las cejas, debajo de la nariz y en el pliegue de la barbilla.
Con polvos iluminadores puedes dar unos pequeños toques como retoque final:
· En el punto más alto de los pómulos.
· En el puente de la nariz.
· En la esquina interior de los ojos.
· En el centro del párpado móvil.
· En el labio superior, acentuando el arco de Cupido.
En todo caso, estos consejos generales pueden matizarse si nos fijamos en el tipo de rostro y las necesidades de cada una:
¿Listas para la transformación y cruzar
la puerta a lo “lluvia de estrellas”?
¡Feliz finde Princesas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario