Este ‘menos es más’ es muy fácil de conseguir. Los primero es saber que obviamente, como sí hay maquillaje, lo que no hay que hacer es resaltarlo.
1. Tras utilizar el corrector para cubrir las imperfecciones (recuerda hacerlo a toquecitos y difuminando siempre para no dejar huella), aplicamos la base –a ser posible, fluida y ligera- con los dedos para conseguir que se funda con la piel y quede un efecto muy natural. La clave para obtener este efecto reside en elegir la base que mejor se adapte al color y tipo de tu piel. Si es grasa, aplica un primer matificante y utiliza una de larga duración para evitar el exceso de brillos a lo largo del día. Si por el contrario es seca, usa una crema hidratante específica y un fondo de maquillaje fundente, como una mousse, o elige un extra de hidratación con una BB cream.
¡OJO! No te excedas con los polvos traslúcidos. Aplícalos solamente en la zona T, pómulos y barbilla para que la piel no brille pero tampoco quede opaca.
2. Ahora es cuando entra el juego el iluminador. Gracias a él, creamos toques de luz en determinadas zonas de nuestro rostro, lo que ‘imita’ los brillos naturales de la piel y ayuda a que nuestra cara quede con un efecto libre de maquillaje pero con un punto extra de vitalidad y energía.
Para conseguir ese efecto sin maquillaje, debemos aplicarlo en la parte central del rostro. Se consigue poniendo iluminador en los pómulos, formando un triángulo invertido, para iluminar las mejillas y la zona inferior de los ojos para eliminar signos de cansancio.
Otras zonas en las que debes aplicar el iluminador son el centro de la frente -también como un triángulo invertido-, sobre el puente de la nariz formando una línea, bajo el arco de las cejas y en un pequeño punto de luz en la parte superior del labio.
3. La ausencia de colores obliga a emplear otros trucos para realzar la belleza de tu cara. Uno de ellos es perfeccionar las cejas para enmarcar y potenciar la mirada. Rellena los huecos con sombra o lápiz y defínelas con un cepillo y gel fijador transparente. Si no te atreves y temes parecerte más a Groucho Marx que otra cosa, ayúdate de una plantilla.
4. Olvídate de sombras, efectos ahumados o pestañas de infarto, como mucho podrás apostar por el tightlining, el maquillaje de ojos invisible. ¿Qué como? Muy sencillo: Lo mejor es elegir un lápiz de ojos con punta fina y waterproof. Recuerda que esa parte del ojo suele estar húmeda y si no es resistente al agua no permanecerá intacto ni una hora.Con la ayuda del dedo índice, levanta el párpado móvil y rellena los huecos entre las pestañas. Conseguir una línea perfecta es sencillo. En el caso de que te de grima, no lo intentes, hay otros truquitos aptos para ti.
¡OJO! No te excedas con los polvos traslúcidos. Aplícalos solamente en la zona T, pómulos y barbilla para que la piel no brille pero tampoco quede opaca.
2. Ahora es cuando entra el juego el iluminador. Gracias a él, creamos toques de luz en determinadas zonas de nuestro rostro, lo que ‘imita’ los brillos naturales de la piel y ayuda a que nuestra cara quede con un efecto libre de maquillaje pero con un punto extra de vitalidad y energía.
Para conseguir ese efecto sin maquillaje, debemos aplicarlo en la parte central del rostro. Se consigue poniendo iluminador en los pómulos, formando un triángulo invertido, para iluminar las mejillas y la zona inferior de los ojos para eliminar signos de cansancio.
Otras zonas en las que debes aplicar el iluminador son el centro de la frente -también como un triángulo invertido-, sobre el puente de la nariz formando una línea, bajo el arco de las cejas y en un pequeño punto de luz en la parte superior del labio.
3. La ausencia de colores obliga a emplear otros trucos para realzar la belleza de tu cara. Uno de ellos es perfeccionar las cejas para enmarcar y potenciar la mirada. Rellena los huecos con sombra o lápiz y defínelas con un cepillo y gel fijador transparente. Si no te atreves y temes parecerte más a Groucho Marx que otra cosa, ayúdate de una plantilla.
4. Olvídate de sombras, efectos ahumados o pestañas de infarto, como mucho podrás apostar por el tightlining, el maquillaje de ojos invisible. ¿Qué como? Muy sencillo: Lo mejor es elegir un lápiz de ojos con punta fina y waterproof. Recuerda que esa parte del ojo suele estar húmeda y si no es resistente al agua no permanecerá intacto ni una hora.Con la ayuda del dedo índice, levanta el párpado móvil y rellena los huecos entre las pestañas. Conseguir una línea perfecta es sencillo. En el caso de que te de grima, no lo intentes, hay otros truquitos aptos para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario